“La risa es el único lenguaje en el cual se expresan todos los pueblos de la tierra” Charlie Rivel

El trabajo del clown nos proporciona una perspectiva nueva para afrontar el mundo. Una tarea donde lo emocional y lo corporal son los dos protagonistas que nos permiten aceptar lo mejor y lo peor de nosotros mismos.

Perdemos el sentido del ridículo y aprendemos a dejar atrás la vergüenza.

Experimentamos el vacío del presente hasta que este vacío se vuelve fértil a través de mostrar nuestra autenticidad más genuina.
El clown a diferencia del teatro no actúa sino “es” y en este “ser” o ofrece su verdad presente con lo que ofrece su verdad presente con lo que “hay” según lo que emerge, permitiendo así con generosidad que los demás se diviertan o sientan su ternura.

Este trabajo sirve para todas las personas del ámbito terapéutico, para que puedan relativizar el drama, ganar sentido del humor, no temer tanto al fracaso ni al ridículo y explorar el vacío hasta que se convierta en fértil. También para enfrentar el pánico escénico desde la aceptación de lo que soy tal como soy sin máscaras.
Si el teatro fuera cómo la música clásica el Clown sería algo así cómo el Jazz. Aquello que nos sucede por dentro y que algunas veces en la vida real tenemos que esconder para sobrevivir, en el clown lo mostramos y lo potenciamos.

El Clown es el arte de hacer del fracaso un éxito.