Desde siempre, el teatro forma parte de la sociedad. Todos en algún momento de nuestras vidas nos hemos visto en el rol de tener que interpretar algún personaje sin intención de querer ser actor, sino que simplemente la propia situación nos lleva a ello. Y es justamente este tipo de personajes los que hacen que en muchas ocasiones se repitan patrones y modelos de estereotipos según lo que se cree que “debe ser”, lo cual irremediablemente nos lleva al hecho de limitarnos al máximo y no permitir que nos desarrollemos de forma plena.

Es allí en donde entra el teatro terapéutico, como un proceso único en el cual la persona se puede expresar de forma creativa, empujar los límites e ir más allá conociendo así de forma más cercana su propia personalidad.

En ningún momento la idea del teatro terapéutico es crear actores o actrices profesionales, sino que lo que se tiene como objetivo principal es el hecho de que quienes participan de él, tomen consciencia de aquellos aspectos de su personalidad que no tiene integrados y que por ende limitan. También se verán las corazas que existen en el cuerpo y que hablan por sí solas así como aquellas emociones no expresadas, los gestos, los sentidos y la propia acción en una situación en concreta.

Junto con todo ello, otra de las cosas más interesantes que tiene el teatro terapéutico es el trabajo en grupo que se realiza, en donde se genera un espacio seguro y único para que cada uno de los participantes pueda mostrarse tal y como desea y ser espontáneo sabiendo siempre que tendrá la contención y colaboración de todo el grupo en general.

En el teatro terapéutico, se hace uso de la visión de la Terapia Gestalt con el fin de aplicar distintas técnicas en lo que se refiere a la propia expresión corporal, los ejercicios con la voz y los sonidos, los juegos generales de comunicación e interacción, la improvisación, el reconocimiento de los bloqueos, generar la apertura y la transformación y sobre todo la escucha de uno mismo y del que está del otro lado.

Todo ello llevará al camino de la recuperación, haciendo que cada uno de los integrantes recupere su capacidad de creatividad e imaginación.

Para ello, la formación de teatro terapéutico permitirá aprender los métodos y técnicas con el fin de guiar un grupo.

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