Los 5 ritmos

Los 5 Ritmos son: Fluido, Staccato, Caos, Lírico y Quietud. Ellos crean un mapa, una ola de movimiento, que está abierta a todo tipo de cambios y transformaciones. Todo proceso creativo en la vida pasa por estos ritmos.

El ritmo Fluido conecta con nuestro cuerpo físico. Crea la apertura a la sensación, al cambio, a la aceptación, a la acogida, a la protección; es un ritmo que conecta con lo femenino.

El ritmo Staccato conecta con nuestro corazón. Hace posible la expresión de nuestros sentimientos. Ayuda a ser claro, conciso y a la toma de decisiones. Crea nuestros límites ayudando a saber decir sí o no. Es el ritmo de las relaciones interpersonales. Es un ritmo que conecta con lo masculino.

El ritmo Caos conecta con nuestra mente. Es el responsable de la liberación de viejos y dañinos patrones mentales. Es la forma de vaciar la mochila de lo antiguo y prepararse para lo que el mundo te ofrece. Es el ritmo donde lo femenino y lo masculino se unen.

El ritmo Lírico conecta nuestro cuerpo con nuestra mente y nuestro corazón. Ayuda a pensar, sentir y actuar en la misma dirección. Nos permite ser honestos y consecuentes en cada actuación.

El ritmo Quietud conecta nuestra respiración con cada acción. Crea el espacio para ser capaces de reconocer nuestra esencia en el otro. Los límites se rompen y todos somos lo mismo. En este nivel tomamos consciencia de lo que realmente necesitamos y consecuentemente lo que necesitan los demás. Se entra en el arte de dar y recibir. De ser quien somos sin juicios que bloqueen nuestros sueños. Es el ritmo que abre el abanico a toda posibilidad.

Son tan naturales para el cuerpo porque son parte de la naturaleza. Se relacionan con los 5 elementos (tierra, fuego, agua, aire y éter o espacio) y esto hace que no haya exclusión, todo es como ha de ser, todo tiene permiso para manifestarse.

¿En qué se basa la práctica de los 5 ritmos?

Los 5 Ritmos son una práctica de movimiento muy diferente a cualquier tipo de danza a la estamos habituados. Ha sido creada por Gabrielle Roth, bailarina, psicoterapeuta, filósofa, escritora, investigadora del proceso creativo del movimiento corporal, directora artística, residente en Nueva York.

Se trata de una práctica donde no hay ninguna clase de juicio o norma que interfiera en el proceso de cada persona.

Todo proceso natural y creativo pasa por un ciclo de 5 Ritmos. A través del movimiento podemos llegar a su pleno conocimiento integrándolos de tal forma que nos haga conscientes de cada estado que atravesamos en nuestra vida.

Se puede hablar de una forma de meditación activa mediante el movimiento. El cuerpo es nuestro instrumento. Llevando nuestra atención a cada una de sus partes, conseguimos que la mente se focalice en ellas. Así nos convertimos en un cuerpo en movimiento donde todos los pensamientos y bloqueos se transfieren al cuerpo físico para que osteriormente éste actúe de una forma libre, sanadora y muy divertida expresando todo lo que se está sintiendo.

Una forma sencilla de describirlo sería: “es un camino para encontrar nuestro cuerpo, conocerlo, relacionarnos con él, sentir sus necesidades, sus virtudes, y todo aquello que rechaza. Y una vez conseguido pasar a la relación con el otro y de ahí abrir el campo de acción con el mundo.”

La danza es el medio para llegar a profundizar en lo que somos y poder integrarnos en el mundo. La diversión es hoy en día la mejor medicina para relajar nuestra mente ante cualquier bloqueo, frustración, o temor. La música nos ayuda a conectar con los ritmos y a través de ellos encontramos como las emociones y los pensamientos no son más que una vía para poder expresar quienes somos.

Cada uno de los ritmos tiene asignado una emoción, una parte del cuerpo como motor, una etapa del ciclo de la vida, una energía, un tipo de respiración, un tipo de personaje, etc. Por lo que trabajando con ellos indirectamente sanas todo lo que se le asocia. Por ejemplo, si trabajamos con el ritmo fluido, el primero de los ritmos, entramos en contacto con nuestro lado femenino. Comenzamos a conocer cada una de las partes de nuestro cuerpo, tomamos contacto con el suelo, con el movimiento continuo, con nuestra piel, con nuestros pies, jugamos con nuestro desequilibrio, etc. Como resultado de esta danza, podemos observar como hemos tomado contacto con nuestro miedo inconscientemente, y en cualquier momento de nuestra vida que éste se nos presente nuestro cerebro habrá creado otros caminos neuronales distintos que le ayudarán a pasar a la acción observando múltiples posibilidades que saltan el obstáculo de ese miedo paralizante anterior.

Otra de las virtudes de este trabajo es que es una práctica en la cual todo el mundo es válido y la integración y relación con el compañero y con el grupo es un hecho muy importante y utilizado en ella. El carácter individual de cada uno sale reforzado por el trabajo y el contacto con el grupo, donde la igualdad y la individualidad van de la mano. La atmósfera se unifica se crean lazos de comprensión tan profundos que el sentido de comunidad descarta todo pensamiento basado en juicios y discriminaciones.

A quién va dirigido

Es hora de entrar a formar parte de lo que realmente somos y con ello expresarnos consecuentemente. Es un camino que ha de comenzar desde niños, ya que son ellos los que han de continuar el proceso de transformación y cambio en esta sociedad tan despistada en la que vivimos.

Los niños son quienes han de caminar hacia lo que ya ha sido trazado. Bien para continuarlo o para transformarlo. Hoy en día no vale con tener conocimientos, lo verdaderamente importante es creer en uno mismo. Ser absolutamente consecuente actuando con lo que se es, se piensa y se siente. Saber lo que se quiere e ir a por ello, es lo que permite que el camino se abra. Es el momento de enseñar a nuestros niños unas herramientas para actuar como ellos son. Ayudarles a amarse por lo que son, no por lo que hacen.

Pero nunca es tarde para comenzar un nuevo camino bajo un nivel de consciencia distinto. Este trabajo está dirigido a todo tipo de sector, desde enfermos a atletas o bailarines.

Desde niños a ancianos. Desde amas de casa a ejecutivos. No existe distinción de géneros o minusvalías.

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