Y es, en este momento, que tengo la necesidad de salir de nuevo a mi mundo profesional… Y es cuando con cariño miro la experiencia, las horas de ordenador, lo vivido a nivel personal y comprendo que necesito “aportar”…

Ofrecer y resignificar… estoy ante estas palabras y una vez más llegan a mí mensajes para reflexionar, escritos en el blog de Eduard Gironella, quién dirigirá el Taller de Coaching para emprendedores.

Si alguien hereda mucho dinero, es probable que su comportamiento financiero sea diferente de otro que no reciba ningún legado dinerario. El punto clave es que no me refiero a una herencia económica. Me quiero centrar en determinadas maneras de obrar que hemos aprendido de pequeños en el entorno más cercano. Y este tipo de herencia familiar nos influye (también) a nivel financiero”…

Y aquí están de nuevo, danzando en mi mente… mis creencias femeninas familiares sobre el dinero y el ahorro, el tiempo dedicado a mis hijos y al trabajo profesional… y mis abuelos inmigrantes, agradecidos y dadores… y, mi percepción del “último presupuesto redactado”, cambia…

“A menudo la culpa es lo primero que hay que abordar en una conversación financiera. El pasado sólo sirve para aprender de cara al futuro

Si cargamos con una culpa por decisiones que nos han perjudicado, necesitamos liberarnos de ella. Y si va asociada a una deuda, hay que ver cómo reducirla. Al final, no somos perfectos y no siempre acertamos como quisiéramos. La humanidad del trato (…) pasa por reconocerlo. Si la culpa representa un gran peso, nos costará seguir caminando…”

Y me doy cuenta que quiero seguir caminando, que es momento de reflexionar sobre el dinero, sobre mi visión como autónoma para seguir avanzando…

 

Por Mercedes Castelló

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